Saltar al contenido →

El cliente más difícil

Un tema recurrente entre los colegas dedicados a esto del diseño y desarrollo web es el del portafolio. La mayoría de nosotros responderá «no consigo sacar tiempo para terminar mi portafolio». Es una realidad, contraproducente he de añadir. Hay que buscar tiempo para el que es tu eterno cliente: tú mismo.

Desconozco cuándo leerás esto. Lo mismo para entonces ya tengo un website estilo portafolio. Si no es así, dirás al ver mi website «vaya quién va a hablar». Razón no te quito. No quiero dar lecciones, sino a compartir cómo voy supliendo esta necesidad.

En el momento actual en que escribo esto, varias redes sociales o aplicaciones web solventan la necesidad de crear un portafolio. Yo utilizo algunas, entre ellas Behance, Flickr (con su extraña mezcla de fotos personales y muestras de trabajos), Dropr o Dribbble. En general, no me valen al 100% para lo que necesito. Cierto que cumplen su objetivo, pero igualmente se quedan cortas en algunos aspectos, como compartir contenido con el cliente de manera privada. De esto hablaré otro día.

Normalmente la indulgencia (o urgencia) de quien te contrata permite que los formatos de presentación sean relativamente abiertos. Desde un PDF con un resumen, un email con un puñado de enlaces, hasta un simple enlace a linkedin que se suple con una buena entrevista. Muchas veces funciona mejor enviar un sólo pantallazo que coincida con lo que el cliente busca, que un portafolio abrumador que no tenga nada que ver.

Aunque el margen de actuación es corto y la urgencia del cliente suele ser alta, no es excusa para no hacer un esfuerzo extra a la hora de exponer el trabajo propio. Una solución que aplico es desplegar los sitios que diseño y maqueto en mi propio servidor. Esto no siempre es válido para todos los proyectos, pero es otra opción.

Sea como fuere, hay que dedicarle tiempo al portafolio. A priori dejarás de trabajar para dedicarte a esta labor, pero no hay que verlo como una pérdida, sino como una inversión. Tu portafolio es tu tarjeta de visita, es una realidad. La única forma que he encontrado de atender esta tarea es tratar esta necesidad como si de otro cliente se tratase. Un cliente complicado y caprichoso, que conoce lo mejor de ti y lo peor. Vamos, tú mismo.

Escribo esto como declaración de intenciones. A partir de ahora seré mi propio cliente y debo meter este trabajo en la cola de proyectos, en el calendario de entregas. Estoy convencido que no será fácil. Estoy convencido que será un proceso duro, pero he de ayudar a este cliente, yo mismo, a sacar su website estilo portafolio adelante. Estoy convencido de que éste cliente es el más difícil. Allá vamos.

Publicado en Sin categoría